Informe redactado a mediados de Enero de 1942 por el médico militar de la escuadra de combate Schmidt-Ott (I./Pz.Rgt. 6) donde se informa sobre el preocupante estado de salud de sus hombres.

Notas:
Como se desprende de este documento durante las operaciones del I./Pz.Rgt. 6 en estas fechas las temperaturas alcanzaron los -32°C. Similares informes sobre el estado de salud de unidades acorazadas durante el primer invierno de la Campaña del Este pueden leerse aquí: Pz.Rgt. 7 y Pz.Rgt. 3

16.01.1942

Truppenarzt Kampfstaffel Schmidt-Ott






Asunto:
Estado de salud de la escuadra de combate I./Pz.Rgt.6

Dirigido a:
Sr. comandante de la escuadra de combate Pz.Rgt.6





El preocupante estado de salud de la escuadra de combate me lleva a escribir este informe.

Debido a las ininterrumpidas operaciones de la escuadra de combate desde la Navidad de 1941 y los posteriores movimientos de combate y de repliegue en torno a Tula, separados entre sí unicamente por cuatro días de pausa, el estado de salud de la escuadra de combate ha empeorado de tal modo que desde un punto de vista médico se considera necesario un inmediato periódo de total descanso de entre 10 - 14 días. Debe tenerse en cuenta que cualquier marcha ó transporte de una escuadra de combate acorazada bajo las actuales circunstancias no tiene absolutamente nada que ver con pausa ó reposo: la continua amenaza de resbalar y precipitarse por los abundantes barrancos exige a las tripulaciones practicamente la misma concentración y esfuerzo que el combate. En aquellos casos en los que realmente se dispone de medio día de "pausa", esto no supone para las tripulaciones otra cosa que trabajar en los carros de combate. No es necesario entrar en detalles sobre el esfuerzo que supone la realización del mantenimiento técnico bajo el actual frío.

Las bajas temperaturas afectan a las tripulaciones de carros de combate en mucho mayor medida que al resto de tropas:

  1. Forzadas pausas en el estrecho habitáculo del carro de combate. Horas, en combate incluso durante todo un día ó toda una noche, sin la posibilidad de poder calentarse ó poder "estirar las piernas".

  2. Potenciación de los efectos del frío por el acero y el hierro del que está compuesto el carro de combate.

  3. Potenciación de los efectos del frío por corrientes de aire a través de la torreta, pues cerrar la cúpula de la torreta es casi siempre imposible porque bajo las actuales condiciones climáticas la insuficiente capacidad de visibilidad a través de los visores amenaza la seguridad del vehículo y el correcto mando en combate. Este hecho se traduce en altas cifras de congelaciones, infecciones gripales, anginas, infecciones renales y dolores reumáticos. En relación con las dos últimas mencionadas dolencias debe indicarse que la actual vestimenta de dos piezas de las tripulaciones de carros de combate, especialmente bajo el actual frío pero tambien en los periódos más calurosos, se ha constatado como insuficiente frente corrientes de aire; una "combinación" ofrecería una mejor protección.
En las ultimas operaciones las de por sí ya catastróficas posibilidades de alojamiento han sido tan limitadas que para toda la escuadra de combate frecuentemente unicamente se ha dispuesto de dos, como máximo tres "habitáculos", de modo que ya solamente por escasez de espacio nisiquiera todas las tripulaciones que no se encontraban en misiones de protección han dispuesto de la posibilidad de dormir. Las consecuencias: nerviosismo, estrés, disminuida capacidad de reacción, falta de memoria, errores, etc.

Practicamente toda la escuadra de combate se encuentra completamente empiojada como consecuencia de las ininterrumpidas operaciones, pues no ha existido la posibilidad de limpiarse, cambiarse de ropa, lavar la ropa sucia ó separarla de la limpia. Consecuentemente existe una grave amenaza de la aparición del tifus exantemático.

En las ultimas operaciones y debido a la escasez de reemplazo ha sido necesario mantener a los heridos leves en el carro de combate, algo que naturalmente conduce a un incremento de los errores.

En los ultimos tiempos los carros de combate enemigos T-34 y T-52 han destruido tantos carros de combate própios que nuestras bajas no guardan ninguna relación con las bajas que la escuadra de combate con sus armas hayan podido provocar contra esos carros de combate. A pesar de la alta moral de combate de la escuadra de combate, tambien contra estos carros de combate enemigos (p.e. combates por Wypolsowa, Trudy, Tula, etc.), esta desigual lucha ha provocado la aparición de fuertes efectos psicológicos que necesariamente tienen que influir negativamente en el espíritu de ataque y la fortaleza de la escuadra de combate.

Que ante un semejante descenso de la resistencia física y psicológica, graves heridas y especialmente la conmoción conducen más rapidamente a la muerte es un hecho demostrado.

Ante las exigencias físicas y psicológicas que especialmente durante los ultimos días ha tenido que soportar la escuadra de combate es muy cuestionable si, tras las altas bajas sufridas, sus restos en este estado de salud podrán cumplir con las expectativas puestas en ellos.




Firmado: Kirchner, Médico auxiliar